martes, 27 de julio de 2010

De virkikis...

Cuando era pequeña yo era un virkiki con mi madre. Para las que no lo hayan conocido, los virkikis eran unos muñecos, monos, que se colgaban de donde quisieras.
Yo era una monita colgada de mi madre. Siempre estaba dándole besos y abrazos.

Además, siempre he sido muy sensible, hipersensible dicen algunos (y no precisamente como una virtud), y soy bastante transparente respecto a mis emociones. No puedo disimular cuando estoy bien o mal, porque se me nota en la cara… y para quien me conoce minimamente, soy un libro abierto.

Todo lo zalamera y lo sentimental y lo blandurria que he sido siempre es lo que no lo ha sido mi hermano. En la vida, jamás de los jamases, mi hermano me ha dado un abrazo “porque si”, ni me ha dado un beso “porque si”, ni nada de esas cosas de demostrar afecto… yo, como tengo una vena dramática bastante acusada, le lloraba a mi madre diciéndole que “Chiqui no me quería”… por el simple hecho de que Chiqui nunca me decía que me quería.

Mi madre me decía (y aun me lo dice a veces) que no todos demostramos las cosas de igual forma, que tenia que respetar su forma de ser y que claro que me quería, aunque no lo dijera, y aunque para desestabilizar todo su mundo bastara con darle un abrazo.

Con el tiempo me he encontrado muchas personas asi en la vida, y una aprende a entender los “te quiero” en gestos, en miradas, en sutiles palabras, en sonrisas…

Y es como encontrar a Wally en un dibujo. En medio de la algarabía, de la rutina y de la vida diaria, encuentro algún “te quiero” camuflado…




PD.- Mi sobrina juega con el Virkiki que guarda mi madre de cuando yo era pequeña. Me pregunto a qué rama de la familia saldrá...

2 comentarios:

  1. Yo, que soy como tu, "hipersensible", prefiero los te quiero camuflados de la gente a la que le cuesta demostrar los sentimientos. Un abrazo!

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  2. ¡Muy bonito!
    He escrito un post que me encantaría que leyeseis para dar vuestra opinión.
    ¡Gracias y un abrazo!

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